Con la entrada del otoño vamos disfrutando más
tiempo de nuestra casa, amigos, familiares o simplemente de nuestro tiempo.
Para estos momentos buscamos recetas fáciles,
rápidas y atractivas con las que disfrutar en la mejor compañía. Una receta que
yo elaboro bastante para mi familia y amigos es la Fondue de queso, pasar un
momento que os la cuento…
Lo mejor es mezclar dos tipos de queso, así podréis
experimentar diferentes sabores. Los quesos básicos son los suizos gruyere,
emmental, vacherin, appenzeller o fribourgeois. Yo no he probado pero me han
dicho que también puede ser el cheddar, gouda o comté. Tener en cuenta que
deben ser quesos que derritan bien.
Os preguntareis porque lleva vino, bien, el
vino es fundamental en esta elaboración, aporta el ácido tartárico que ayuda a
mantener la consistencia de crema y equilibra la grasa del queso. Vinos secos
tipo Sauvignon blanc, pinot o chardonnay son ideales. Cuando no tengo en casa
le pongo un verdejo/rueda y perfecto.
Fondue, llamado caquelón, es el recipiente
donde elaboramos este plato, suelen ser de barro, cerámica refractaria o hierro
grueso esmaltado, el mío es heredado de mi madre y es de cobre y bronce.
Debemos derretir poco a poco y fuego lento el
queso, manteniendo una temperatura constante, que no hierva. Por esta razón yo utilizo
el queso rallado.
Debéis usar cuchara o paleta de madera para
mover el queso dentro de la fondue, realizando movimientos lentos y constantes con
forma del símbolo de infinito, llegar siempre al fondo.
La tradición manda que una fondue se acompañe
con pan cortado en cuadraditos y si puede ser del día anterior para que no se
rompa al untarlo en el queso, pero nuestros gustos mandan y a veces lo acompaño
con fruta y verduras. Los trocitos de pan podéis darle un golpe de horno para
que estén crujientes.
Y que os voy a decir de la bebida, lo mejor
para facilitar su digestión un buen vino o cerveza a vuestro gusto.
Ingredientes para fondue de queso:
400 ml de vino blanco seco (sin aguja)
25 ml de jugo de limón
15 ml de harina fina de maíz
400 gr. De queso emmental rallado
400 gr. De queso gruyere rallado
50 ml de aguardiente blanco o kirsch
½ cucharadita de moka de nuez moscada
1 diente de ajo
Pimienta
Pan
Ingredientes:
Lo primero que haremos será frotar el
recipiente (caquelón) por dentro con el diente de ajo. Encendemos el quemador de
la fondue y colocamos el caquelón, añadimos el vino y el jugo de limón y dejamos
que se calienten pero sin llegar a
hervir.
Diluimos la harina fina de maíz en una taza con
un poquito de vino y el aguardiente o kirsch, reducimos el fuego y añadimos a
la mezcla removiendo muy bien para que no se hagan grumos.
Vamos añadiendo poco a poco el queso rallado
sin dejar de remover. Hasta que no se
haya derretido el que tenemos dentro de la olla no debemos incorporar más.
Mover con regularidad haciendo el símbolo de infinito con la cuchara de madera.
Una vez tengamos la mezcla de queso conseguida
añadimos la nuez moscada y pimienta al gusto.
Dejar
el fuego al mínimo para que la mezcla se mantenga cremosa, si vemos que se
espesa demasiado añadir un poquito de vino.
Ya podemos disfrutar de nuestra fondue, la
acompañamos a la mesa donde tendremos ya preparados el pan, las verduras ( que podemos
escaldar unos minutos si nos gustan al
dente) y
las frutas o los ingredientes con lo que vayamos a degustar nuestra fondue
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